Bueno, pues hoy tenemos en el taller una guitarra mítica que ha formado parte de la historia de la música de nuestro país. Se trata de la guitarra de Enrique Jiménez de “Los Cardiacos” un importante grupo leonés de la época de la movida. Si miráis en Youtube, encontraréis más sobre ellos. A mi me llamaron la atención cuando siendo solo un niño los vi en un programa que se llamaba “Tocata” allá por el año 85 más o menos.
Se trata de una guitarra zurda del año 75 con los trastes bastante deteriorados por el paso del tiempo y del uso, ya que con esta guitarra se grabó toda la discografía del grupo y además estuvo presente en todos los conciertos de la banda, osea, una leyenda.
Los trabajos que vamos a realizar en ella serán una revisión completa de la electrónica, soldaduras etc, desoxidado y engrasado del puente, retrasteado y fabricación de una cejuela nueva de hueso.
No voy a entrar en detalle acerca del tema del nivelado ya que en su día escribí un artículo completo en el que detallé paso a paso todo el proceso completo. En este caso me centraré únicamente en lo concerniente al remate de los finales de los trastes y a la preparación del asiento de los mismos así como a la tarea de restauración y repintado ya que al tratarse de un diapasón de arce lacado, es algo más delicado que uno al natural, y siempre, por mucho cuidado que tengas no queda más remedio que hacer algún retoque y repintar con el aerógrafo.
Pues comenzamos, lo primero que hago es valorar si solo nivelar, retrastear el mástil entero o hacer un restrasteo parcial. Los trastes más dañados son los cuatro primeros, el resto no tienen dentadas tan marcadas, pero se aprecia la corona plana de hacer bendings, por lo que decido hacer un retrasteo total.
Para poder extraer los trastes uso el soldador de estaño, pero estaban demasiado incrustados y pegados dentro de la ranura así que no me queda más remedio que aplicar bastante calor hasta reblandecer el pegamento que llevan y conseguir que salgan sin estropear el diapasón. No ha sido tarea fácil, pero con paciencia y calor van saliendo. Me valgo de un útil de acero que introduzco por el tang del traste al tiempo que le aplico calor y tiro de ellos con unos alicates especiales para esta tarea.
Como podéis apreciar en la foto, al salir el traste, queda la parte de abajo bastante fea y desigualada, esto se debe a que Fender primero monta los trastes y luego laca el mástil, por eso ahora queda debajo del traste la madera desnuda y rebabas del barniz. Todo esto lo nivelo una vez que consigo quitarlos todos con un taco de lija de grano 400 al agua, pero muy poco empapada porque no quiero que se cuele por las ranuras de los trastes. Una vez hecho esto, queda todo nivelado y pulo todo el diapasón hasta dejarlo como un espejo. Es tiempo ya de entrastar el mástil de nuevo y para ello uso una prensa de 1 Tonelada de fuerza para asegurarme que queden bien encajados en su sitio. Hay gente que usa cianocrilato en la ranura de los trastes, yo nunca lo uso ningún tipo de pegamento cuando entrasto una guitarra nueva, en este caso, al tratarse de un retrasteo la ranura coge holgura que le quedan marcados los dientes del anterior trastre, y además he pasado una sierra japonesa para limpiar bien la ranura de los restos de pegamento y barniz por ello la ranura inevitablemente coge cierta holgura, al menos en algunas zonas, por eso antes de introducir los trastes, relleno bien las ranuras con Titebond, que ayuda a fijar el traste y además se limpia muy fácilmente.
Una vez tengo todo el mástil entrastado, corto los sobrantes a ras de la madera con unas tenacillas especiales. Al hacer esto siempre queda una pequeña rebaba y lo que hago es eliminarla con una lima de metal hasta que queden perfectamente a paño, tratando de no rozar la madera, aunque por mucho cuidado que se tenga, es inevitable que en alguna zona se te escape un poco la lima, pero no pasa nada porque más adelante lo corregiremos, mejor esto a no dejarlos bien enrasados y que luego raspen la mano al tocar.
Pues ya tenemos los trastes colocados y ahora falta nivelar. En este tipo de diapasones lacados, a bien que se haga, la nivelación es laboriosa ya que no va el traste directamente sobre la madera como en el caso de un diapasón al natural, sino que hay pequeños desniveles que no se aprecian visualmente pero están. No voy a entrar en detalle acerca del nivelado, os dejo aquí el enlace de una entrada que escribí hace un año por si queréis echarle un ojo:
Tutorial sobre nivelación de trastes
Una vez nivelados y comprobados paso a pulirlos. Para ello encinto de nuevo el diapasón para no dañarlo y con ayuda de la Dremel uso nos discos de pulido de varios granos, empiezo con los de grano menor para eliminar las estrías y marcas de la lima durante el recoronado y luego voy aumento el grano hasta llegar a 300. Luego aplico pasta de pulir metales con discos de fieltro y luego los limpio con un paño de algodón, pero todavía no brillan como me gusta, así que, entra aquí en juego el algodón mágico que todos usamos alguna vez en el colegio en la asignatura de pretecnología. Les doy a mano y finalmente paso un disco de fieltro con la Dremel y quedan espectaculares.
Para terminar el proceso ya solo nos falta el repintado, para ello voy a preparar una mezcla a base de alcohol y tinte “Vintage amber” de Steward Mcdonalds que son de lo mejorcito que existe en el mercado, ya que es el acabado original que lleva el mástil. Voy añadiendo gotitas de tinte hasta alcanzar más o menos el tono que quiero, hago pruebas y comparo. Una vez que he conseguido el tono que busco con un paño de algodón lo paso por el canto superior e inferior para teñir pequeñas zonas desgastadas o desnudas por el uso y también donde se haya podido escapar un poco la lima.
Hecho esto, aplico en la terminación de cada traste tanto por un lado como por el otro una gotita de barniz con un palillo para que rellene cualquier pequeña imperfección que haya podido quedar para que quede bien suave al pasar la mano. Para obtener un resultado más profesional todavía y dar uniformidad, dejo secar toda la noche y a la mañana siguiente encinto el diapasón y los trastes con el fin de aplicar con la pistola barniz en los dos cantos. Preparo una mezcla haciendo pruebas hasta conseguir un tono similar.
Aunque la mezcla parezca más oscura, engaña, ya que lo que cuenta es cómo queda sobre el palito que uso para remover que lo uso también a modo de testigo al ser una madera clara como el arce. Pues ya esta todo listo para aplicar unas capas de pintura. Va quedando fantástica y sobre todo conservando ese aspecto vintage que tiene la guitarra por el paso de los años y que es lo que perseguimos.
Os voy a mostrar también cómo he reconstruido la cejuela. He sacado la vieja que estaba deteriorada y ademas al poner trastes nuevos, quedan mucho más altos que las ranuras, por lo que opto por hacerla de nuevo. Limpio bien el surco con un micro formón de acero que me hice y que entra justo en la ranura. Después le paso una lima de diamante para que quede el surco, que por cierto lleva curvatura como buena Fender que es, lo más limpio y uniforme posible.
Dibujo la curvatura inferior con una plantilla y le quito material con un tambor de lija y la Dremel. Luego la repaso con una lima de diamante para asegurarme que asienta perfectamente.
Marco las ranuras y las llevo hasta la línea de lápiz que previamente marqué procurando no pasarme, aunque más adelante, siempre hay que hacer algunos ajustes finos al colocar las cuerdas, porque la cejuela, ahí donde la veis, es una de las piezas clave de una buena entonación y ejecución del instrumento. Finalmente la pulo pero sin usar ningún producto, solo un paño de algodón y aplicando fuerza para que caliente un poco, que es cuando pule. No le aplico pulimento porque el hueso es un material muy poroso y lo coge todo, y luego, no hay solución. Cuando termino de trabajar con ellas, las suelo meter en un botecito con lejía para que queden bien blancas.
Para pegarla de nuevo en su ranura uso Titebond, habitualmente echo tres o cuatro gotitas, pero en este caso al ir redondeada, quiero asegurarme que asienta perfectamente, ya que de no ser así, la presión de las cuerdas podría romperla. Aplico un lecho generoso de cola, para que rellene cualquier holgura que pudiera haber y hacer así que asiente la cejuela correctamente.
A expensas de encordarla y ajustarla, así ha quedado!!!
Ya solo nos queda encordar la guitarra y ajustarla. Espero que os haya gustado, para mi ha sido un honor tener esta guitarra legendaria en mi taller. Hasta el próximo artículo guitarreros y guitarreras.
Juan Carlos
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