Hoy os voy a compartir un artículo muy interesante que trata sobre el emprendimiento. El artículo lo escribi en su día para el blog de la periodista Mariela Almánzar que se llama “Mujercitas valientes“. Os recomiendo cien por cien que entréis y le echéis un vistazo porque trata temas muy interesantes con una cercanía que os cautivará!
Vamos con el artículo!
El 73,6% de los jóvenes españoles de 16 a 29 años prefieren el empleo por cuenta ajena frente a la posibilidad de emprender y tener su propio negocio, según el estudio «Jóvenes y empleo, desde su propia mirada», realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción (FAD). Algunas de las razones que enumeran son la estabilidad de un sueldo y horario fijos frente a la incertidumbre y las interminables jornadas maratonianas de trabajo para sacar adelante una idea o emprendimiento.
Y es que emprender en España no es tarea fácil, no sólo desde el punto de vista administrativo a la hora de la creación de la empresa y su constitución legal, sino que a esto hay que sumarle la falta de ayudas por parte del estado y las enormes cuotas de autónomos que muchos meses el dinero que se factura ni siquiera es suficiente para afrontar los pagos de las mismas. España no es un país de emprendedores, desde que eres niño en la escuela no se contempla esa opción, te programan para estudiar, ir a la universidad, terminar tus estudios y ser una persona exitosa en una reputada multinacional en la que ganes mucho dinero para poder gastarlo en cosas innecesarias la mayor parte de las veces y contribuir así a mantener el sistema capitalista en el que vivimos inmersos, es decir, crean robots en serie donde no hay cabida para el mundo de las ideas, por eso emprender no está aceptado socialmente o por lo menos en la primera fase, que puede durar varios años hasta que con mucho esfuerzo consigues sacarlo adelante. En esta fase estás tú solo o sola, nadie cree en ti, ni siquiera muchas veces personas de tu entorno más cercano donde tienes que escuchar comentarios como “no lo vas a conseguir, es muy difícil emprender hoy en día, o búscate un trabajo de verdad como todo el mundo”. Los emprendedores estamos locos, somos extraterrestres que hemos aterrizado en la tierra provenientes de otro planeta con la idea en mente de inventar cosas que no existen o que no son necesarias, somos el pez que nada a contracorriente, en dirección opuesta a todos los demás, es lo que se conoce como la soledad del emprendedor, uno de los hándicaps que más me cuesta sobrellevar en el día a día.Vivimos en una sociedad que premia el éxito y estigmatiza el “fracaso” aunque a mi no me gusta hablar de fracaso sino de aprendizaje y es que según las estadísticas, es muy difícil que un negocio funcione a la primera, de media no es raro cerrar una o dos veces antes de volver a intentarlo de nuevo hasta que por fin funciona y se hace sostenible. Eso sí, cuando funciona curiosamente la gente comienza a confiar en ti y resulta que ya no estás tan loco como al principio, aunque eso sí, achacan tu éxito a factores externos como la suerte, raramente se hace alusión a factores internos que dependen puramente de ti mismo como la constancia, perseverancia, sacrificio… Es como un iceberg donde el éxito es solo la punta, pero por debajo del agua hay otros dos tercios de verdadera lucha y esfuerzo que curiosamente es lo que nadie ve.
Hemos sido educados en la cultura del sufrimiento y el sacrificio y parece que si no te levantas a las cinco de la mañana para ir a un trabajo que odias, con unos compañeros que no has elegido y un jefe que te hace la vida imposible realizando un trabajo que en la mayor parte de los casos ni siquiera te interesa lo más mínimo, para llegar a tu casa las ocho de la tarde y así día tras día malgastando tu vida, no es un trabajo serio como Dios manda, pero nada más lejos de la realidad ya que emprender NO es un camino de rosas, pese a hacer algo que te gusta, crear y consolidar una empresa es un proceso complicado en el que entran en juego factores tanto personales como profesionales y también económicos porque no nos llevemos a engaño, no existe ningún tipo de negocio que puedas poner en marcha sin dinero y más vale tener un remanente para hacer frente a los meses que te llevará implementar y poner en marcha tu idea sin ingresos y además reinvirtiendo constantemente lo poco que ganas, por eso, emprender no es para cualquiera, es como una carrera de fondo donde el camino no es lineal, sino que está lleno de altibajos como una montaña rusa, tienes momentos en los que te ves arriba, y otros en los que estás hundido completamente, sin ánimo, sin motivación y sin casi nadie o muy pocos que te comprendan o apoyen, aunque yo por suerte puedo decir bien alto que cuento con el apoyo incondicional de mi pareja que es de vital importancia para mí y en esos momentos donde uno está a punto de tirar la toalla, ella está siempre ahí para no dejarme caer.
De una parte, no es suficiente con tener una idea de negocio y pensar que los clientes te van a venir solos a casa, eso nunca ocurre así. Para que se materialice y sea sostenible en el tiempo es fundamental conocer bien las demandas del mercado y que haya clientes dispuestos a pagar por tu producto, por ello debes ingeniártelas para aportar un valor a esa idea que estás desarrollando, bien sea un producto o servicio, es decir, tienes que tratar de ver una necesidad o un problema, y que lo que tu ofreces solucione dicho problema o necesidad, de esta manera, estarás aportando un valor, y esto animará a tu potencial cliente a llamar a tu puerta.
Un punto fundamental a tener en cuenta es disponer de una buena estrategia comercial, ya que de nada sirve tener el mejor producto o servicio del mundo si no sabes cómo venderlo, y esta es una cualidad que no todos tenemos desarrollada, por lo tanto no queda más remedio que aprender a hacerlo. Además de ser un buen vendedor, tienes que ser un buen publicista, desarrollador web, informático, fotógrafo de producto y así un largo sin fin de oficios o profesiones convirtiéndote en el hombre o mujer orquesta, y sí, volviendo al origen del problema, lo ideal sería delegar y pagar por todos estos servicios, para eliminar la carga de trabajo, y también porque un buen profesional va a realizar esa tarea mucho mejor que tú, pero conviene recordar, que el capital del que disponemos, es reducido y finito y no te queda más remedio que aprender a hacer de todo, lo que se traduce en horas y horas de trabajo aprendizaje y dolores de cabeza.
Emprender tiene sus ventajas y sus inconvenientes, algunos de estos últimos son el riesgo económico ya que tienes que invertir recurso en algo que no sabes a ciencia cierta si va a funcionar o no, también requiere una mayor dedicación y tienes que aprender a convivir con la incertidumbre y hacerla tu compañera inseparable de viaje pero este es el precio que tienes que pagar por alcanzar la autorrealización de la que habla Maslow en su pirámide de prioridades, de luchar por tu sueño y no por el de otro, de perseguir unos ingresos más altos que solo dependen de ti y de tu esfuerzo y capacidad, es el precio que tienes que pagar por tu LIBERTAD, por ser tu propio jefe y distribuir tus periodos de trabajo y descanso sin tener que rendir cuentas a nadie.Recuerda que tu tiempo y por ende tu libertad es lo más valioso que posees por encima del dinero porque ni siquiera éste puede comprarlos ya que el tiempo que has dejado ir, ya nunca podrás recuperarlo.Pese a todas las complicaciones ¿Merece la pena emprender? La respuesta para mi es clara, por supuesto que sí.
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